(Tras un poema tan emotivo dejarme que ponga uno alegre ;-). Lo escribí hace mucho tiempo, veintitantos años, y me lo recordaron el otro día unos amigos en una cena... Ya sé que no es mi tipo de poesía habitual, pero a ellos les gusta, a mí también, y les prometí que lo pondría en el blog)
DE CUÁN EXCITANTE ES IR DE COMPRAS
Volvimos,
dejamos las bolsas en el suelo
-ahora las coloco,
voy a ponerme el chándal.
-no te lo pongas, dijiste,
¿hacemos el amor?
Y luego: si llaman decir
que papá y yo no estamos.
- bueno, si llaman del Real Madrid, sí,
dije yo, que había jugado esa mañana
un partido de futbito extraordinario.
Cerraste la puerta con el mismo gesto
con el que se encierra al domador
en la jaula de las fieras.
No voy a contaros lo que pasó esa hora,
pero no tenía látigo a mano,
y al salir, allí estábamos deshechos
yo y los congelados.
5 comments:
Jejejejejejej muy buenoooooooooo
Besos EstheR
Lo de los congelados es genial.
Creo que en esos 2 últimos versos ya se adivinan tus posteriores destrezas con los haikus.
Un beso.
Hola, Ángel, ya había leído este poema tuyo (y no sé dónde) y ya me había gustado mucho, y me había hecho sonreir. Si te llaman del Madrid, según lo que estés haciendo, no lo dejes, hombre... ;)
Un abrazo o dos. Dos.
Pero vamos a ver ¡Alma bendita! ¿
Tú te has parado a pensar como sabrían esos (en principio) deliciosos "congelados"? En estos momentos...no te lo perdono, tal vez unos años antes, lo entendería.
jeje
Un besito culinario, Pilar
Gracias, Esther, Chema, Llanos y Pilar...era un poema viejo y con coña, pero me apetecía ponerlo, quizás porque sigo eligiendo la lujuria a la gula! :)
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