
(Tras un poema tan emotivo dejarme que ponga uno alegre ;-). Lo escribí hace mucho tiempo, veintitantos años, y me lo recordaron el otro día unos amigos en una cena... Ya sé que no es mi tipo de poesía habitual, pero a ellos les gusta, a mí también, y les prometí que lo pondría en el blog)
DE CUÁN EXCITANTE ES IR DE COMPRAS
Volvimos,
dejamos las bolsas en el suelo
-ahora las coloco,
voy a ponerme el chándal.
-no te lo pongas, dijiste,
¿hacemos el amor?
Y luego: si llaman decir
que papá y yo no estamos.
- bueno, si llaman del Real Madrid, sí,
dije yo, que había jugado esa mañana
un partido de futbito extraordinario.
Cerraste la puerta con el mismo gesto
con el que se encierra al domador
en la jaula de las fieras.
No voy a contaros lo que pasó esa hora,
pero no tenía látigo a mano,
y al salir, allí estábamos deshechos
yo y los congelados.