Sunday, September 28, 2008

NIEVE

Pero ¿me estaría esperando la nieve?
Hollaba el tren la noche
traspasando el frío;
y en el aire dejaba suspendido
como un cabello rojo de hojarasca.
Parecían las ventanillas
vidrieras con la luz de mi infancia,
con calcos de mi cara y recuerdos
que el vaho confundía.
¿Estaría aún ahí la nieve?
El tiempo se había olvidado
sus raíces fuera del tren.
De forma paulatina
mi imagen se fue haciendo paso
en el cristal, e iba acercándose.
Las estaciones ya me conocían
y la fuerza de la locomotora
era mi fuerza y me hablaba
y me llevaba.
El paisaje volvía, se imantaba al reflejo,
la poca luz olía a intuiciones
que despliegan sus alas.
Ya no me preguntaba
si me esperaría la nieve,
ya no me preguntaba nada.
Durante unos pocos segundos comprendí
que me estaba soñando y que me sostenía
a mí mismo en mis manos, como se sostiene
una hoja doblada de papel
en la que estuviera escrita mi historia,
mi alma y mi nombre.
Supe que existía entre ambas criaturas
un amor poderoso,
un afecto tangible y dirigido,
y que me esperaba una vida más fuerte
y más serena,
supe que mis raíces eran
mi yo actual y que se alimentaban
de mi otro yo en la Luz.
Conmovido llegué;
la nieve estaba allí,
me esperaba,
había bautizado mi casa
y lo había vuelto todo
nuevo y desnudo para mí.

Sunday, September 14, 2008



Ya en agosto se notan sus pasos, pero cuando cuando terminan las fiestas de Caudete, en plena Feria de Albacete, el otoño se hace omnipresente. Es el momento del repliegue y también del rojo, aunque no lo parezca.
En la foto de abajo en el momento en que Pessoa, en Lisboa, me confiesa que él, como todo buen poeta, también es el del Real Madrid.