
NIEVE EN CASA
Esta ternura de la nieve:
posarse y disolverse en cuanto toca.
Su porfía por ser hacia la nada
en toda la yema del silencio.
La nieve entrando en casa con el álamo
-el que me sueña desde fuera-.
Será como empezar desde el final,
desde lo oscuro, desde el fondo del pasillo.
Aquí resbala el frío y vuelve a irse,
pero sí queda el agua,
su ocupación de pozo y cauce.
Ven, nieve, da vacío a los ojos de enero,
deja paz sin sentido en cada mueble.
Ya has puesto del revés
el fondo siempre quieto y blanco,
calmando el fondo de mi vida.